Saltar al contenido principal

Sexo y Revolución

EPMyD_EK_082.pdf

Medios

Parte de "¡A pesar de todo le hicimos el encuentro!"

extracted text
BOICOTEADAS POR EL GOBIERNO Y LA IGLESIA, QUE REALIZO UN ENCUENTRO PARALELO, 9.000 MUJERES
DESBORDARON SAN JUAN

La apertura,
la peña, el cierre

¡A pesar
de todo les
hicimos ei
Encuentro!
ué momento/qué momen­
ron filas contra los que lo amena­
zaban.
to!/ ¡A pesar de todo/ les
hicimos el Encuentro! La
consigna recorrió con furor y eu­
Hicieron de todo para
foria las 7 cuadras de apretadísi­
romper el Encuentro
ma columna -10 en las calles an­
gostas- que recorrió el domingo
Las maniobras para romper
por la tarde cerca de 15 cuadras
esta experiencia única en el mun­
del centro sanjuanino. Esta vez,
do que son los Encuentros Nacio­
nadie faltó a la marcha. Frente al
nales de Mujeres se reiteran año
Normal Sarmiento, las mujeres
tras años, desde distintos secto­
que salían de los talleres se fueron
res interesados en que desapa­
congregando. Detrás del gran car­
rezcan con la forma y la convoca­
tel del 12- Encuentro Nacional, que
toria que tienen. Sin embargo, nun­
llevaban las 31 miembros de la
ca hasta este año se jugó tan fuer­
Comisión Organizadora, había
te y se llegó a la realización de un
carteles y pancartas de las distin­
“encuentro paralelo”. Para ello, el
tas localidades y provincias del
gobierno de Escobar y la cúpula
país. También banderas argenti­
de la Iglesia de San Juan -en con­
nas, y un muñeco de Menem, tam­
traposición con los sectores más
baleante. La primera fila estuvo
progresistas de la propia Iglesia
sembrada con el rostro de María
que vienen siendo críticos del go­
Rosa Pacheco, la psicóloga sanbierno y apoyando las luchas so­
juanina desaparecida el año pasa­
ciales- maniobraron desde sema­
do, cuyos familiares se acercaron
nas atrás.
al Encuentro para que tomara su
Poniendo el centro en el tema
causa: la exigencia de justicia.
del aborto, la Iglesia, siguiendo en
La combatividad, unidad y en­
la posición antiabortista al Papa,
tusiasmo de las mujeres, con sus
decretó la guerra al Encuentro. Y
cantos, bombos y redoblantes, le
junto con el gobierno, pretendió
dieron a la marcha una fuerza po­
cambiar el eje de la discusión prin­
cas veces vista. Pocas veces,
cipal que en este momento reco­
también, fueron tan precisas las
rre el país y está en el conjunto de
consignas: tuvieron como blanco
a Menem -”que lo mira por TV”-,
Escobar -el gobernador de San
Juan- y fundamentalmente feC’.Zmíir?r< por trabajo y una nueva
Marcha Federal. “Se va a acabar
esa costumbre de golpear”, o “de
violar” se alternaron, con menos
frecuencia, con la dedicatoria “al
obispo, que nos mira por TV”.
»/ ncn
Esa fuerza multiplicada en cada
I III l&l Kd IGlI/aiDII Cz/
Uvw —
wrwt
consigna con que las mujeres re­
lón de actos de la Facultad de Filo­
corrieron las calles de San Juan
sofía y Letras. Después, cuando se
fue un verdadero ¡presente!, una
decidió hacer la charla en el Nor­
declaración conjunta: ¡no nos ven­
mal Sarmiento, no había sillas. Por
cerán!
último, no hubo micrófono ni soni­
Esos cantos que recorrían la
do. Pese a todo, el inm^^0 sa¡ón
columna y no cesaban, eran la
de actos d& *' escueia desborda­
manera de responda s¡ ataqúe
ba de mujeres de todas las eda­
empedernido con que el gobierno
des. Sentadas en sillas o en el piso,
de Escobar y •• iglesia intentaron
subidas donde podían para poder
ver algo, cientos de participantes
quebrar el Encuentro. Las muje­
del Encuentro asistieron a la charla
res sintieron que estaba en peli­
de las piqueteras.
gro el espacio democrático, am­
El silencio era total, para poder
plio, pluralista, ganado años tras
percibir algo de lo que desde el
año en estos 11; el espacio donde
escenario decían sin micrófono. Y
todas pueden debatir y proponer,
aunque atrás casi no se escuchadel que todas son dueñas. Y cerra-

Q

las mujeres: el hambre, la desocu­
pación, las leyes Federal, provin­
ciales y Superior de Educación, la
salud, la vivienda. El temor al “des­
borde” de miles de mujeres, entre
ellas las que llevaban las expe­
riencias de los cortes de rutas y
piquetes, preocupó a más de un
político.
Junto con una alevosa campa­
ña de prensa, agitando el fantas­
ma de que la ciudad se iba a llenar
de lesbianas y travestís que sólo
iban a discutir sobre el aborto (pa­
recía que a imponerlo como obli­
gación para todas), empezaron
maniobras más pesadas. Las mu­
jeres de la Comisión Organizado­
ra recibieron en los días previos
llamados telefónicos donde se les
decía “asesinas” y se las amena­
zaba. En pleno año electoral, to­
dos los partidos políticos con re­
presentación parlamentaria en
San Juan, por convicción o presio­
nados, firmaron a último momen­
to una declaración sobre el Encuentro (ver recuadro) tomando
posición contra el aborto y a favor
de la familia tradicional. A pesar
de que muchas mujeres de algu­
nos de esos partidos participaron
del 129 Encuentro y no comparten
en absoluto esas posiciones.

No conformes aún con eso, dos
días antes fueron retiradas 1.000
camas -en instituciones guberna­
mentales y religiosas- ya conce­
didas y reservadas para el alber­
gue de mujeres llegadas de todo el
país. También retiraron el uso de
la Facultad de Filosofía y Letras
para el funcionamiento de talleres
y su salón de actos, para vergüen­
za de las tradicionales posiciones
democráticas en las casas de
estudio de carreras humanistas
en nuestras Universidades. Du­
rante el Encuentro mismo, 30 coor­
dinadoras no se presentaron o
desertaron al segundo día lleván­
dose todos los papeles con el tra­
bajo colectivo acumulado por el
taller. Ocho micros fueron pinta­
dos con la palabra “Asesinos” y
provocados los choferes y las
mujeres.
Junto con estas maniobras, la
Iglesia y sectores afines organi­
zaban el encuentro paralelo. Para
ello, llevaron a cabo hace alrede­
dor de un mes un pre-encuentro
con 800 participantes. Difundie-

CeDInCI

La presentía de
las piqueteras
oa,

íuuuq

este encuentro. Hablaron
Nancy, la piquetera de Le­
desma, que concurrió
cuentro
con otras com­
pañeras de ese corte. Tam­
bién las de Cutral Co y Plaza
Huincul -entre ellas la testigo de la
muerte de Teresita Rodríguez-, las
de Rincón de los Sauces. La com­
pañera de General Mosconi, Salta,
no quiso subir al escenario pero
participó allíyen los talleres y repor­
tajes.
La presencia de estas mujeres,
que llevaron la chispa y el fuego de
los cortes de ruta contra el hambre,
la desocupación, esta política y este

ron durante estas semanas sus
posiciones y difamaron los En­
cuentros Nacionales y su conteni­
do a través de cursos y charlas en
sus lugares de influencia: institu­
tos educativos, parroquias, ba­
rrios. Así llegaron al encuentro de
los días 7, 8 y 9 en el estadio Fe
rrourbanístico. Circularon alrede­
dor de 2.000 mujeres, y unos 3.000
-muchos padres de familia, her­
manos, hijos varones- marcharon
el domingo 8 y realizaron un acto
en la Plaza 25 de Mayo. Su consig­
na convocante: “Por la Vida, la
Mujer y la Familia”. Sus cantos y
pancartas reflejaban una posición
antiabortista, pero, principalmen­
te, una ratificación de la familia y
los roles tradicionales de la mujer
en esta sociedad. La consigna
“Mujer, ama la cuna y defiende tu
hogar”, podría sintetizar esta idea.
Una familia que no parece sufrir el
acribillamiento de la desocupa­
ción, el hambre de los hijos, la
desnutrición, la falta de salud y
educación, los horarios flexibilizados y la superexplotación, la
emigración en busca de trabajo.
Una familia donde las mujeres
deberían sufrir en silencio “por la
vida” y no salir a cortar las rutas
en defensa de la vida. Al terminar
su discurso, la organizadora ri?’
Encuentro paralelo
que «gj
señor Pr^2iaente", Menem, tenLna la semana próxima las conclu­
siones del evento.

A pesar de todo...

Nancy y las piqueteras de
Ledesma. La sala fue colmada
por una multitud.

gobierno, calentaron el corazón del
Encuentro. “¡Somos todas pique­
teras, somos todas fogoneras, y
por el Argentinazo somos todas
compañeras!” estalló en el Nor­
mal Sarmiento, y corrió como un
reguero entre las mujeres, repetido
en la marcha y en la peña.

Pero pese a todo este esfuerzo
y despliegue, “les hicimos el En­
cuentro”. Las cerca de 9.000 par­
ticipantes debatieron en los talle­
res, discutieron el cambio de eje
pretendido por las fuerzas ecle­
siásticas y gubernamentales, y
se abocaron a debatir la crisis, la
desocupación, las experiencias de
lucha más avanzadas, de las que
fueron principal exponente las pi­
queteras. El año vivido desde el 112
Encuentro, durante el cual se fue
incrementando el auge de.luchas

POR LA
MARCHA
CeDInCIFEDERAL

“Ole, ole, oté, ola, queremos vida con dignidad, y por trabajo a la
Marcha Federal”, fue una de las consignas cantada a lo largo de la
marcha de las mujeres que sintetizó la expresión de los talleres: el
apoyo y la convocatoria a una segunda Marcha Federal, proponién­
dose en algunos los primeros días de julio, y en especial, la fecha
patria del 9.
Junto con el repudio del ajuste y la flexibilización laboral, las
mujeres se pronunciaron por la organización de una nueva marcha
desde todo el país a la sede del gobierno nacional, “porque esto no
va más”. Como ocurriera en el 99 Encuentro Nacional en Corrientes,
previo a la primera Marcha Federal, éste estimulará la organización
y multiplicará la convocatoria a lo largo y ancho del país.
y la percepción de que esto no va
más, se reflejaron no solo en los
talleres, sino en el enfrentamiento
de la embestida divisionista y para
quebrar el propio Encuentro.
Nadie protestó si tuvo que dor­
mir en el suelo aunque esperara
hacerlo en una cama -la primera
noche no se pudieron resolver
todos los problemas provocados
por el retiro de las plazas-; nadie
¿G quejo porque esta vez no hubo
becas de comida; nadie
un
mundo de almj^ inconveniente oro^T/.Zativo. Junto al cambio provo­
cado por el incremento de las lu­
chas, la gran masa de mujeres
que concurre a los Encuentros -la
mayoría ya lleva varios- hizo gala
de la experiencia política acopia­
da a través de la participación en
ellos: todas las mujeres se hicie­
ron cargo de la situación, aclama­
ron a San Juan y la Comisión Orga­
nizadora dando sobradas mues­
tras de gratitud por esas compa­
ñeras que lucharon contra todos
en su propio medio para recibir­
nos, y no dieron el brazo a torcer
sobre el motivo que las convoca­
ba. “Mujer, escucha, únete a la
lucha”, “Alerta quecaminan muje­
res argentinas por las calles sanjuaninas”, fueron consignas en la
marcha, donde se ubicó el blanco
político en los que agredieron el
Encuentro y se dijo no, un no rotun­

do, al divisionismo entre la masa
de mujeres.
A su vez, la opinión del pueblo
de San Juan se fue transformando
en estos días: “estamos avergon­
zados”, “nos engañaron con lo que
nos hicieron creer”, eran comen­
tarios frecuentes, a modo de dis­
culpa, que la gente de la ciudad
hacía a las mujeres que la reco­
rríamos. Taxista.®, ;émíseros, pecomerciantes, mujeres en
la calle, abrían los ojos ante el
manejo del que habían sido objeto.
Y daban muestras de simpatía.
También los medios locales -en­
tre ellos el Diario de Cuyo- fueron
mostrando otra realidad diferente
a la que auguraban: la de miles de
mujeres preocupadas por muchos
otros temas además del aborto, y
dispuestas a luchar por la digni­
dad y la vida desde la vida misma.
La experiencia el 129 Encuen­
tro en San Juan es, en cierto modo,
nueva. Deja como saldo la necesi­
dad de reflexionar sobre los ene­
migos de los Encuentros y el al­
cance de esta maniobra, y, tam­
bién, es una demostración de la
experiencia política alcanzada por
la gran masa de mujeres argenti­
nas, que, ciertamente, defienden
sus lugares y no se dejan vencer.
La sede elegida para el próximo
año es Chaco, y hasta allí, un año
de luchas espera a las mujeres.

La apertura del 129 Encuentro
fue una de las más emotivas. Su­
jetas a miles de presiones del go­
bierno, la Iglesia, los partidos polí­
ticos y sectores de poder local, las
integrantes de la Comisión Orga­
nizadora debieron enfrentar la re­
cepción de miles de mujeres y el
funcionamiento del Encuentro:
talleres, alojamiento, problemas
puntuales en el desarrollo. El mis­
mo día de la apertura -que se hizo
alrededor de las 11 de la mañanahabía tenido lugar una primera
marcha con que se abrió el en­
cuentro paralelo. Toda la carga
soportada se transformó en pro­
funda emoción, lágrimas y abra­
zos cuando después de las pala­
bras de apertura, el estadio cerra­
do Aldo Cantoni tembló con la ova­
ción de las mujeres: ¡San Juan!
¡San Juan!
Estuvieron presentes, excepto
Tierra del Fuego, Santa Cruz e Is­
las Malvinas, todas las provincias
del país. En la apertura fue recor­
dado José Luis Cabezas, y se hizo
un minuto de silencio por mujeres
víctimas de la violencia: la psicó­
loga sanjuanina María Rosa Pa­
checo, Jimena Hernández, María
Soledad Morales, Nair Mostafá,
Marcela Salas, Teresa Rodríguez,
Nora Gouzoli (del Chaco), y por las
mujeres desaparecidas durante
la dictadura militar y mujeres anó­
nimas víctimas de la violencia. Se
cantó el Himno Nacional con fuer­
za, agitándose miles de manos y
flameando pancartas y banderas.
Se destacaba el inmenso cartel de
UPCP del Chaco.
Las palabras de bienvenida,
leídas por Perla Welner, fueron
interrumpidas una y otra vez por
los aplausos. La compañera enu­
meró las luchas en las que las
mujeres participamos a lo larng
del año, “contro
Jriambret ¡a JesOcupación, los bajos salarios, re­
sultados de políticas de gobiernos
nacional y provinciales”. Después
de denunciar todas la maniobras

Perla Welner, de la
Comisión
Organizadora del
Encuentro. Las
mujeres
respondieron al
boicot con mayor
unidad y
entusiasmo.

contra eUEncuentro (ver crónica),
señaló: “Intencionalmente centra­
ron su atención solo en dos de los
treinta y tres talleres (aborto y
lesbianismo), ignorando que los
demás trataban el hambre, la fle­
xibilización, la desocupación, la
violencia, la impunidad, y tantos
otros temas que nos están angus­
tiando”.

¿Qué los preocupa?
Se preguntó luego: “¿Qué es lo
que preocupa a este poder en la
Argentina? Que pensemos libre­
mente y que a través de la partici­
pación en los talleres vayamos
descubriendo la verdadera causa
de nuestra opresión como nwj“res, que nn -- ojra cosa que ¡a
expresión de un tipo de sociedad”.
“Salvo terremotos, nunca como
hoy San Juan fue noticia en los
diarios nacionales, ¿nos es acaso
el mejor indicativo de que las mujeres nos hemos ganado este lu-

gar?”, concluyó.
La solidaridad, el
debate franco, las co­
incidencias sobre la
nefasta política del
gobierno nacional y
los provinciales re­
corrieron el Encuen­
tro. Esta unidad se re­
flejó en la noche del
domingo, durante la peña. La ale­
gría que reinaba iluminaba las
caras y los cantos. La pista del
estadio Cantoni se llenó no bien
empezó la peña con mujeres que
bailaron al ritmo de todas las pro­
vincias: tango, zambas, ranche­
ras, etc. Un ballet folclórico y un
grupo andino fueron seguidos con
palmas, cantos... y baile también:
los pies, las gargantas, las manos,
no podían parar de expresar la
enorme alegría vivida tras los
embates, la felicidad por la porten­
tosa marcha realizada por la tar­
de. Si quisieron quebrarla volun­
tad de las mujeres, dividirlas y rom­
per el Encuentro, se llevaron un
chasco: multiplicaron la unidad y
la disposición al combate.
El cierro -sruvo plagado de
consignas, entre otras: “¡Berga­
mota, bergamota, al gobierno de
Escobar le rompimos las pelotas!”
De las cuatro sedes propues­
tas: Chaco, Bariloche, Mendoza y
Río Negro, el estadio aclamó la
primera: el 132 Encuentro se hará
en el Chaco.

DECLARACION DE LA CAMARA DE DIPUTADOS

¿Volvió la Inquisición?
Todos los bloques de la Cáma­
ra de Diputados de San Juan muchos en contraposición con las
militantes de su partido- firmaron
una declaración donde “teniendo
en cuenta la realización del 12e
Encuentro Nacional de Mujeres”,
incluyen, entre otros conceptos:
“La vida humana debe ser tute­
lada desde la concepción en el seno
materno y en cada momento de la
existencia del hombre, debiendo
por ello rechazarse toda forma de
atentar contra ella, como el aborto
y la eutanasia” (art. segundo).

“Debe reconocerse y valorar­
se el derecho de la mujer a cons­
tituir una familia, rechazándose la
legalización del matrimonio civil
entre personas del mismo sexo y
su reconocimiento como tal” (art.
sexto).
“Debe tutelarse efectivamente
la situación e la mujer desampara­
da, de la maternidad precoz, de la
discapacitación, de la desocupa­
ción y toda otra circunstancia en
que la mujer necesite del auxilio
de la sociedad para el cumplimien­
to y desarrollo de su particular

vocación” (art. octavo).
La presión ejercida por la Igle­
sia y el gobierno en estos días hizo
recordar a la época de la Inquisi­
ción, y parece distar mucho con
actitudes de otros sectores de la
propia Iglesia, como lo demostra­
ron en Jujuy, o en la crítica de
numerosos obispos al gobierno.
En San Juan, muchas docentes
que participaron del 129 Encuen­
tro temen las represalias de go­
bierno e Iglesia, pero, a pesar de
peligrar sus puestos de trabajo,
no dejaron de concurrir.